Te invito a un café. Caliente claro. Y sin azúcar. Sin aliento[...]

lunes, 22 de noviembre de 2010

time



No se por qué pasa el tiempo y te das cuenta de que todo lo que ocurre en tu vida, ocurre por algo. He pasado malos tragos, los he hundido en el fondo de una litrona y no han desaparecido, la única solución fue admitir mis errores, mis derrotas y las miré desde lo alto, porque ahí, al ras del suelo ya no me hacen daño.
Y de repente parece que vuelve a salir el sol, que en las palabaras de la gente vuelve a amanecer un nuevo día, a pesar de que siga habiendo gente que juzga sin conocer, que pasa su vida fijándose en la vida de los demás, tratando de hacer comparaciones odiosas de lo bien que les va.
Aún así, sin tener esa absurda necesidad, yo solamente me regodeo en mis propias batallas, en como, a pesar de las adversidades, continúo adelante.
Pues todo en la vida nos acaba por conducir a algo mejor, las cosas pasan porque tienen que pasar, y en cuestión de corazón, acabas por encontrar la horma de tu zapato de cristal, princesa; así que las preocupaciones se desvanecen en cuestión de tiempo. Al final todo el mundo vive su cuento de hadas después de haber pasado por una película de terror, no siempre es a la primera, quizás tampoco a la segunda, pero hace falta pasar por tragos agrios para llegar al vino perfecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario