Llegué a casa con un dolor de cabeza sobrehumano, no sabía cómo podía durar tanto una resaca... entonces escuché su voz, y fue como una cura, como morfina para mis oidos. Como si desde ese momento estuviese curada de todos mis males; es algo que tiene su voz, es esa morfina de la que os hablo...
Es bastante complicado explicar como me sentí; un par de reflexiones más tarde, tras unos cuantos mimos a través del teléfono, comenzaron los planes de futuro. Me sentí entre feliz y extrañada, podría definirse como extrañadamente feliz, y me fui a dormir, a soñar con esos planes de futuro y meditarlos friamente.
Desperté, y pensé que todo había sido un sueño. Hice mis comprobaciones, vi que había sido real, y me levanté de mi colchón de nubes con una sonrisa pintada en la cara.
A veces los sueños se cumplen, y él es el mio.