Te invito a un café. Caliente claro. Y sin azúcar. Sin aliento[...]

domingo, 7 de marzo de 2010



Llego a casa, después del trabajo y paradójicamente nada de lo que había dejado ahí está en su sitio; todo ha cambiado, se ve menos desordenado, más claro, calmado y apacible, será que se me ha pasado la mala racha y por fin soy como soy realmente.
La felicidad es elixir de todo el que quiere alcanzarla, y cada uno a su manera tiene un modo distinto de felicidad, no es ni mejor ni peor el método que se use para alcanzarla, simplemente es diferente;
He perdido el miedo a perderle, al menos en su noventa por ciento, vuelvo a ser feliz, vuelvo a confiar ciegamente; no digo que sea lo mejor, el mejor método fiarme de alguien de este modo tan ciego, ya que la ostia puede ser infinitamente mayor desde casi un año de altura, pero así soy feliz.
He vuelto a sonreír cada día, cada minuto compartido. Cuando estoy feliz, está feliz, le transmito esa sensación, es émpatico al completo.
Pícaro, gracioso y seductor; seré yo, o será el brillo que tiene en los ojos desde hace cuarenta y ocho horas, pero ahora si que todo es p.e.r.f.e.c.t.o.
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- qué, te pones los patines y empezamos? - me ayudó a enfundarme esos patines que no me ponía desde hacía siglos.
- vamos allá! - dije con poco ánimo.
- venga, quítame la bola! - me retó, y se deslizó sin esfuerzo alguno de espaldas, con la mirada fijada en mi.
-Bryan! Eso no vale! ayúdame! No dijiste que me ibas a enseñar a jugar a hockey? - unos pucheritos no hacían daño a nadie. Sonreí timidamente mientras se acercaba a mi.
- Roxy, coje el stik con las dos manos... - me abrazó por la espalda, comencé a notar que el corazón se me aceleraba... - y ahora mueve la bola de un lado a otro... - me susurró; mapartó el pelo de la cara, pegó su rostro a mi cuello e inhaló, el corazón se me aceleró aun más, comencé a tener calor, pero continué haciendo lo que me había dicho.
- Asi? -pregunté
- Lo estás haciendo perfecto preciosa - Me giró ciento ochenta grados hasta que nuestros rostros quedaron el uno frente al otro, me abrazó, volvió a juntar su rostro a mi cuello desnudo, inhaló despacio disfrutando de cada respiración yme tomó del rostro con únicamente dos dedos.- Te quiero bombón.

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