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lunes, 18 de enero de 2010

rojo, rojo pasión.


Me sentía demasiado viva como para estar muerta. El dolor no había desaparecido, me sentía mal, revuelta; y volví a pensar lo de siempre: "dios! no , porque a mi!", tras haber parado el despertados unas doscientas veces, me levanté, todavía revuelta, con dolor de cabeza a pesar del fármaco que tomé anoche, y me miré en el espejo, me lavé la cara con agua más que fría y me volvía mirar al espejo, hacía mucho que no me veía la cara tan mal.

Entonces, justo cuando me empezaba a despejar, me sentí extraña, seguía mirándome al espejo, pero ahora lo veía todo en blanco y negro, y de repente salpicaron el lavabo, con el más llamativo color rojo que he visto, dos gotas de sangre. Estaba sangrando, notaba como el calor de esas gotas recorrían el pequeño trecho que hay desde mi nariz a mis labios.

De repente todo se tornó oscuro, gris, y por último negro; y luego, nada. Empecé a oír, luego a ver, como si hubiese despertado de un terrible sueño hiper-realista, y allí estaba yo, en la puerta de una casa que me resultaba familiar, la abrí, todo estaba oscuro, pero una luz endeble me llamaba desde mis pies.

Miré al suelo y seguí el camino de velas que había en el suelo, velas rosas. Me llevó a otra puerta, al fondo del pasillo, por las paredes había cuadros, estaba tan perfectamente decorado todo... abrí la puerta, había más velas que llevaban hasta una cama.

Allí , un ramo de doce rosas rojas, mis favoritas, y una nota. La música sonaba lentamente a ritmo de rithm & blues, leí la nota "espéra aquí mismo, no te muevas, me gusta verte así, rodeada de cosas casi tan bellas como tú" y alguien me rozó el cuelo con los labios; me giré y le vi, a él, a él y a sus ojos verdes, su boca.

Entonces fue cuando de veras desperté, tumbada en el suelo. Había sido como una premoción, una visión del futuro.Me levanté, me lavé la cara de nuevo, dejé desaparecer cada resto de sangre que quedaba, y le llamé, para oír su voz y que fuese real.

Se me hace extraño pensar en esto, pero creo que cada día me importa un poco más, me gustaría que ahora estuviera aquí para leerlo a mi lado, para que viese con que facilidad brotan las palabras de mi mente cuando pienso en él.

Me sentía demasiado viva como para estar muerta. El amor es como el color de esa sangre, tremendamente rojo, rojo pasión. Es como esa sensación de bienestar que se nota cuando estás sentado frente a una hoguera, es como el calor que desprenden sus ojos, irresistiblemente sobrecogedor.

2 comentarios:

  1. ... con la mano en el corazón.

    Y tú irresistiblemente genial, mi amor platónico.

    ¿Visión de futuro? ¿14 de febrero?

    Te quiero(L)

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